Bichos es el segundo largometraje realizado por Pixar (y producida y distribuida por Disney), se estrenó en 1998 y fue dirigida por John Lasseter y Andrew Staton (Wall-e).
El otro día la volvieron a pasar por la televisión, y a pesar de saberme el argumento de memoria me quedé a verla, aunque ha sido superada por algunas de sus compañeras (Up, Wall-e o la misma Toy Story), es una de sus mejores producciones, aunque a muchos se les haya olvidado ya.
Bichos cuenta la historia de una colonia de hormigas sometida al yugo de los siniestros saltamontes, unos caraduras que viven la vida padre robando comida a las trabajadoras hormigas. Como suele ocurrir en las películas de Pixar e incluso de Disney, nuestro protagonista es un ser asocial y bastante raro, del que se ríen sus compañeros y al que prácticamente nadie toma en serio. Finalmente su perseverancia será la que haga que sobreviva la colonia entera.
Como producción no se puede decir absolutamente nada en su contra. Hay un especial interés por hacernos comprender la vida de estos pequeños seres, sus movimientos y costumbres, un estudio que queda patente en cada una de las escenas animadas. Una vez más los trabajadores de Pixar se las vieron y se las desearon para llevar a cabo efectos especiales inéditos hasta la fecha.
Este regalo de película nos quiere decir que no importa lo diferentes que seamos, debemos luchar por lo que es justo, no desfallecer, pues ante todos los problemas, si insistimos, encontraremos la solución. En definitiva Bichos nos habla de enfrentarnos a nuestros miedos más profundos, enfrentarnos a la tradición y atrevernos a arriesgar, habla incluso de la importancia de la igualdad. Por este argumento y guión tan cuidado, unos personajes inolvidables, una animación chapeau y por hacer que estos bichitos resulten adorables para una bichofóbica, esta película se merece prácticamente el sobresaliente.
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